A ocho años de la desaparición de Johana Ramallo, el juicio avanza con el testimonio clave de Marta, su mamá, y el acompañamiento del Programa Mariposas. Hoy viernes se realiza una nueva audiencia. Hablamos con una integrante del programa sobre el proceso judicial y el trabajo de acompañamiento a la familia.
“Luchar por justicia es también luchar por un futuro diferente para otras mujeres”, dice Marta Ramallo. Desde hace unas semanas, ella se sentó frente a un jurado a relatar, una vez más, la historia de su hija Johana, desaparecida el 26 de julio de 2017.
Este viernes 11 se desarrolla la quinta audiencia del juicio, esta vez de forma virtual, como ha sido la modalidad desde la tercera jornada, las dos primeras se realizaron de manera presencial. “La familia y les acompañantes de Marta están conformes y fuertes para atravesar el proceso. Lo que no significa que también sea doloroso y agotador”, cuenta la integrante del programa Mariposas.
El juicio continúa con la declaración de testigos propuestos por la querella. La primera en hablar fue la propia Marta, quien detalló con precisión el camino de búsqueda incansable, las irregularidades denunciadas desde el comienzo de la causa y la responsabilidad directa de los imputados, a quienes volvió a señalar como parte activa de la red de trata que operaba en la ciudad.
Los delitos por los que se está juzgando a les imputades dan cuenta de la complejidad del entramado de responsabilidades que permitió la desaparición y posterior femicidio de Johana: facilitación y explotación económica de la prostitución ajena, comercio de estupefacientes, encubrimiento, falso testimonio y participación criminal.
El acompañamiento a Marta
Desde la organización Mariposas de la provincia de Buenos Aires, que acompaña a Marta desde hace años, comparten la expectativa de que el juicio marque un precedente.
El Programa Mariposas, impulsado por la Subsecretaría de Políticas Públicas contra las Violencias por Razones de Género, forma parte de una política integral de acompañamiento a familiares víctimas de femicidios, travesticidios y crímenes de odio, en los procesos judiciales que llevan adelante, “estas instancias son dolorosas y agotadoras y es necesario que las y los familiares cuenten con un acompañamiento situado de las situaciones particulares”
Entre sus acciones, además del acompañamiento, se incluyen señalizaciones en espacios públicos elegidos por los familiares, postales con historias de vida que se distribuyen en los barrios, y talleres de prevención en escuelas y comunidades.