Escrito por 12:03 Economía

Mientras el Gobierno celebra un repunte de la actividad, crecen las señales de fragilidad económica

En diálogo con el Enredando las mañanas, Martín de Otro Viento advierte que el leve crecimiento económico convive con desequilibrios estructurales: pérdida del salario real, endeudamiento masivo de hogares, industria en retroceso y reconversión empresarial hacia la importación.

En medio del optimismo oficial por los últimos indicadores de actividad económica, voces especializadas advierten que la dinámica social y productiva ofrece un panorama mucho menos alentador. Así lo planteó Martín “Tincho” en la columna económica del Enredando las Mañanas, donde analizó los datos recientes de inflación, salarios, empleo y endeudamiento, y describió un escenario “de estabilización macro con deterioro micro” que ya repercute en la vida cotidiana.

Inflación moderada, pero salarios que no acompañan

Al momento de la columna, el último dato de inflación disponible correspondía a octubre, guarismo que se ubicó en 2,3%, consolidando un proceso de variación mensual alrededor del 2% desde mediados de año. Martín recordó que, más allá de que el dato sea comparativamente bajo en referencia a lo que sucedía en años anteriores, la realidad es que la inflación viene creciendo levemente desde mayo, cuando esta había tocado el piso de 1,5%. Desde entonces, los siguientes datos fueron 1,6% en junio; 1,9% en julio y agosto y 2,1% en septiembre, aunque cabe destacar que no hubo sin sobresaltos. El 11/12 se publicó el dato de la inflación de noviembre, alcanzando el 2,5%, confirmando esta senda alcista que el gobierno está pudiendo doblegar.

De regreso a la columna, Martin consignó que “el dato importante no es solo la inflación mensual, sino la relación entre ingresos y precios”. De acuerdo con los números del INDEC, en septiembre los salarios privados aumentaron 1,4% y los públicos 1,1%, por debajo del 2,1% de inflación. Esto implica que los sueldos se siguen achicando en términos reales, incluso en un contexto de inflación moderada.

Tincho señaló además que el sector privado recién logró empatar el nivel salarial previo a la elección de 2023, mientras que el sector público continúa casi 15% por debajo de ese mismo punto. “Hay una política explícita de contención salarial”, dijo, aludiendo tanto al freno en las homologaciones de paritarias como al ajuste del gasto público. Las jubilaciones —uno de los rubros más relevantes del presupuesto— también permanecen “totalmente estabilizadas en niveles bajísimos”, mientras el bono extraordinario continua pierde valor mes a mes, ya que no se actualiza.

Familias endeudadas y mora en niveles históricos

Otro de los fenómenos preocupantes es el crecimiento del endeudamiento de los hogares, que desde hace semanas aparece en informes bancarios y análisis privados. Según explicó Tincho, la mora en créditos personales y tarjetas de crédito está “en niveles récord”, con un aumento sostenido de atrasos superiores a 90 días. A esto se suma que el endeudamiento promedio por persona ronda los 5 millones de pesos, lo que evidencia un proceso generalizado.

El origen del problema se remonta al ajuste de 2024, cuando muchas familias recurrieron al financiamiento para sostener gastos básicos ante la pérdida de poder adquisitivo. “Cuando el golpe económico es tan brusco, las familias no reducen inmediatamente su nivel de vida: esperan que la situación sea temporal y recurren al crédito. Pero si los ingresos no se recuperan, la deuda se transforma en una carga estructural”, señaló.

A diferencia de otros países —como España durante la crisis hipotecaria—, en Argentina no existen movimientos organizados de deudores, lo que dificulta visibilizar el problema como fenómeno colectivo. “La deuda suele concebirse como un problema individual, pese a que es consecuencia directa del programa económico”, afirmó.

Una economía que crece en sectores extractivos mientras la industria retrocede

El Gobierno festejó recientemente que el tercer trimestre mostró un crecimiento del PBI, apoyado en los datos oficiales de actividad económica que arrojaron un repunte en septiembre. No obstante, el crecimiento está “fuertemente concentrado” en actividades como intermediación financiera, pesca, minería y agricultura, todas vinculadas ya sea al boom de créditos, a sectores exportadores o a actividades extractivas.

En contraste, la industria manufacturera, uno de los sectores con mejores salarios y mayor capacidad de generación de empleo estable, continúa en caída. Esta dinámica se replica en el mercado laboral: desde noviembre de 2023 se perdieron 138.000 empleos privados formales, 60.000 puestos públicos y 24.000 de casas particulares, lo que suma alrededor de 225.000 empleos menos. El crecimiento del monotributo —unas 120.000 nuevas inscripciones— evidencia, más que una creación de empleo genuino, una reconversión hacia el cuentapropismo y la informalidad encubierta.

Empresas que dejan de producir y pasan a importar

El caso de Essen, que hace unas semanas despidió 30 trabajadores y anunció que reemplazará parte de su producción local por importaciones desde China, se convirtió en un símbolo de esta tendencia (el caso de Whirpool es similar). Esta transformación responde a las condiciones del modelo actual: un dólar bajo, mayor apertura comercial y ausencia de políticas industriales activas. “El propio Gobierno sostiene que la mejor política industrial es la que no existe. Eso deja librada la actividad fabril a las reglas del mercado internacional, donde las empresas argentinas no pueden competir”, advirtió.

Hay una alerta también sobre el eventual impacto de un acuerdo comercial con Estados Unidos que implique restricciones a productos chinos. “Paradójicamente, ese escenario podría encarecer aún más las importaciones, afectando a las mismas empresas que ahora están dejando de producir”.

Un modelo que se estabiliza arriba y se deteriora abajo

En su cierre, Tincho analizó la dimensión política: luego de un año marcado por el debate sobre si la economía llegaría o no a las elecciones sin una nueva corrida, el clima financiero por ahora se encuentra más estable (aunque no libre de riesgos sin acumulación de reservas).

Pero esa estabilización, sostiene, deja al descubierto la dimensión social y productiva del modelo, que ahora emerge con mayor nitidez: salarios bajos, endeudamiento profundo, destrucción industrial y reconversión hacia la importación. “El desafío del próximo año es discutir alternativas. La estabilidad macro no puede sostenerse indefinidamente si la economía real se deteriora”, concluyó.

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