En Ecuador, la selección debutará el martes ante Uruguay con una novedad entre algunas titulares: la generación de futbolistas que nació jugando al fútbol con mujeres y compitió en las divisiones juveniles con la Albiceleste.

Por Delfina Corti – Publicada originalmente en Tiempo Argentino

«¡Las chicas, o’mais grandes!», tituló hace 19 años el diario La Capital de Mar del Plata. Por primera vez, en el estadio José María Minella de la ciudad costera, la Argentina levantó su primera Copa América femenina, la única que un país le pudo arrebatar a Brasil en nueve ediciones. La verdeamarelha llegó a aquella final de 2006 con 22 victorias, cero empates, cero derrotas, 173 goles a favor y solamente 9 en contra en el torneo sudamericano. Y sin embargo, Belén Potassa, exdelantera de la Selección argentina y autora del 2 a 0, lo explica: “Salimos campeonas porque fuimos una camada que iba al frente. Éramos una mezcla de experiencia con frescura”.

Diecinueve años después, la Argentina quiere volver a jugar una final. No lo hace desde aquel 26 de noviembre de 2006. El plantel dirigido por Germán Portanova, al igual que aquella camada, se caracteriza por el recambio generacional. Aldana Cometti, Florencia Bonsegundo y Yamila Rodríguez son la experiencia y la columna vertebral del equipo. Milagros Martín, Sofía Domínguez y Francisca Altgelt –las dos primeras, seguramente en el once titular– representan no sólo la frescura sino también a una generación que nació jugando a la pelota con mujeres e hizo divisiones juveniles con la albiceleste.

Desde el viernes pasado y hasta el 2 de agosto, Ecuador recibe a la décima edición de la Copa América. Y Argentina, junto a las anfitrionas, Uruguay, Chile y Perú, forma parte del Grupo A. Los estadios serán en Quito, a 2850 metros sobre el nivel del mar, algo que posiblemente beneficiará a las locales. El debut de la selección será el martes frente a Uruguay, tras quedar libre en la primera jornada del grupo.

La particularidad del torneo recae en que por primera vez la Copa América no ofrece la clasificación al próximo mundial. Sí sirve como boleto para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, ampliados a 16 participantes. Las dos selecciones que lleguen a la final jugarán en tres años las Olimpiadas. Además, el torneo distribuye cinco cupos -también a la tercera, cuarta y quinta posición- para los Juegos Panamericanos de Lima 2027. Y el campeón tendrá la oportunidad de representar al continente frente al ganador de la Eurocopa Femenina 2025 en la denominada Finalissima 2026.

La posibilidad de que el calendario deportivo no se defina en estas tres semanas le permite a Portanova probar a las más chicas que, pareciera, llegaron para quedarse. Ya lo había anticipado el entrenador luego del Mundial en Australia-Nueva Zelanda 2023: “Tras el Mundial, se fueron jugadoras muy importantes para el fútbol femenino argentino. Y, por edad, fueron dejando otras. Entonces, no partimos en dónde dejamos. Arranca un nuevo proceso donde tenemos que reinventarnos, sobre todo con jovencitas que rondan los 15, 16 y 17 años. Hay una generación que, quizá por la pandemia, también se perdió. Vamos a tener que acelerar los tiempos para que las más chicas puedan competir en la Selección mayor”.

Para qué está Argentina

A este recambio generacional, se le suma la experiencia internacional de varias de las futbolistas argentinas. Ocho de las 23 jugadoras que viajarán a Ecuador lo hacen en el exterior: Brasil, Estados Unidos, México, España y Chile son los destinos. “La competencia en el exterior las hace más jugadoras, mucho más maduras y con mejor compresión de juego. Creo que los entrenamientos no varían mucho, pero sí el roce. El ámbito local va creciendo, pero nos falta”, señaló Portanova.

Mientras se juega la Copa América, en Suiza se disputa la Eurocopa femenina. La diferencia entre ambos torneos recae en la organización de las ligas locales, el apoyo de las marcas y la visibilidad del deporte. En Sudamérica, sólo cuatro de los diez torneos locales femeninos de la región (Brasil, Argentina, Colombia y Uruguay) poseen sponsor oficial- y el amateurismo de las ligas dejan huérfano por momentos al talento sudamericano y lo alejan, cada vez más, del europeo.

La primera vez que Alemania salió campeona de la Eurocopa, el plantel femenino recibió como premio un juego de té. Cuando Argentina ganó la Copa América en Mar del Plata, “no había viáticos ni premios -cuenta Potassa-. El premio ese año fue quedarnos con la ropa de la Selección”. Los avances existen: las campeonas europeas ahora recibirán casi 6 millones de dólares y las sudamericanas un millón y medio de dólares. Pero ante los avances, la brecha entre ambos continentes se profundiza y la diferencia recae sobre todo en la participación de las marcas. La competencia sudamericana se aleja cada vez más del viejo continente: allá los estadios se llenan con hinchas que viajan desde su propios países a Suiza para alentar a su selección. En Ecuador eso aún no ocurre.

Argentina por la sorpresa

Durante tres semanas, la Selección argentina buscará dar nuevamente la sorpresa y levantar su segunda Copa América. Será difícil porque del otro lado estarán las brasileñas, actuales campeonas y en alza, luego de una victoria histórica: en abril, consiguieron su primer triunfo en condición de visitante sobre Estados Unidos.

A Brasil, se le suma Colombia, subcampeona de la edición anterior y la selección sudamericana que más creció en los últimos años: no tanto por la fortaleza de su liga local, sino más bien por el talento y la jerarquía de su nueva camada de jugadoras. Las cafeteras cuentan con jugadoras como Linda Caicedo del Real Madrid o Leicy Santos del Washington Spirit de los Estados Unidos. En los últimos dos torneos internacionales más importantes, Colombia llegó hasta los cuartos de final: los Juegos Olímpicos de París 2024 y el Mundial 2023, donde cayeron 2 a 1 ante las inglesas, campeonas vigentes de la Eurocopa.

Argentina, en los papeles, también tiene con qué. En abril, las dirigidas por Portanova le ganaron por primera vez a una campeona olímpica. Con gol de Rodríguez, la Selección argentina le ganó 1 a 0 a Canadá. Las posibilidades están. Y quizá, como en 2006, Conmebol deba titular nuevamente “Batacazo de Argentina”, como lo hizo hace diecinueve años con la hazaña invisible.