Les propongo una actividad, buscar en Google 28 de mayo menstrual ¿Qué encontramos? Todos los resultados coinciden, en una palabra, “higiene”. Así parece ser. El 28 de mayo es el día de la higiene menstrual o por ahí también leí, el día de la visibilización de la higiene menstrual y hasta algunx osado lo llamó el día de la salud menstrual ¿Pero esto es lo que realmente celebramos? ¿La higiene menstrual?
Volvamos un poco hacia atrás. Este día fue propuesto, como bien recupera Flor Carba (ver más), por la ONG alemana WASH en 2013. Esta trabaja en el desarrollo de proyectos que buscan satisfacer necesidades básicas y especialmente ligadas a la provisión de agua potable, saneamiento e higiene en países de África y Asia (sí, esos países de los que solo se acuerdan para hacer caridad, experimentos o para profundizar un modelo extractivista).
La propuesta fue retomada por la UNESCO y de esta manera se legitima internacionalmente. Ahora bien, pensemos: Una ONG que trabaja con higiene, agua y saneamiento propone un día especial para recordar la menstruación, desde su perspectiva, higienista. ¿Qué nos está sugiriendo?
Una mancha y no cualquiera
Nuestro imaginario menstrual estuvo influido fuertemente por un discurso médico hegemónico e higienista, donde la menstruación era un proceso estrictamente fisiológico y sólo se traducía en términos sociales en la necesidad de limpiar y ocultar la mancha. Esa mancha roja que incomoda, que moja de vergüenza y desesperación.
La menstruación se torna como un desecho de nuestro cuerpo y al igual que otros desechos, es “sucio”. Por muchísimos años (aunque no tantos en la historia de la humanidad), el mejor remedio para este desecho fue otro desecho: toallitas y tampones.
Pero esto no termina allí. La construcción del sujeto “mujer” estuvo íntimamente relacionado con esta mancha de la cual no se sabe nada y a la vez se oculta todo. Invisibilizando un amplio espectro de formas de menstruar, las campañas publicitarias y educativas fueron destinadas exclusivamente a mujeres, desconociendo que otras identidades también menstruaban y desconociendo la gran cantidad de mujeres que no lo hacen. Una gran estructura menstrual higienista, extractivista, patriarcal y selectivamente olvidadiza.
¿Entonces qué hacemos con el 28M?
Afortunadamente la historia se escribe en la disputa y el conflicto y es en ese lugar desde donde nos tenemos que posicionar hoy en día. La reapropiación del 28M por parte de los activismos menstruales es parte de la construcción de un cambio de paradigma en la forma de pensar, sentir, experimentar y vivir menstruación.
No sólo acordándonos de tal cuando la mancha se hace presente, sino también en la construcción de agentes cíclicxs. La menstruación no la higienizamos, sino que la politizamos y la gestionamos.
La historia de los activismos menstruales en Argentina no nació hoy, lleva varios años donde muchxs no fueron escuchados, chicaneadxs y descalificadxs por no portar saberes académicos o por portarlos contrahegemónicamente. Podemos decir que son muchos los proyectos de leyes que se han presentado, y dentro de ellos encontramos diversidades de propuestas: quita de iva, provisión gratuita de elementos de gestión menstrual con y sin educación previa, etc.
El año pasado desde AMred (Activismos menstruales en red) se largó una campaña para el 28M donde se visibilizaba cómo se menstrúa en Argentina y cuáles eran los desafíos a los que los activismos menstruales nos enfrentábamos (ver más)
Estamos quemándonos de ganas de cambiarlo todo, de destruir tabúes, de construir una gestión menstrual sin sesgo clasista, desde el sur y diversa ¿Vamos con esa?
Escrito por @quilla.ciclos