Otro Viento conversó Lucas Basso, militante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE-UTEP) del cinturón hortícola de La Plata, sobre la producción y venta de bolsones agroecológicos durante la pandemia. 

El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) Rama Rural es una organización de productorxs hortícolas que agrupa a unas 2.500 familias del cinturón hortícola platense, el más grande del país. Para vender su producción, la organización tiene una herramienta apropiada: la cooperativa Pueblo a Pueblo, que se dedica a la venta de bolsones de verdura, frutas, miel, quesos, etc, en su mayoría de producción agroecológica.

Lucas Basso, militante de la rama rural del MTE-UTEP, es el referente de Pueblo a Pueblo y nos cuenta que, desde la cooperativa, siguen buscando ampliar la capacidad de venta de los bolsones (cuya demanda subió durante la pandemia) y construir nuevas herramientas de venta directa, como por ejemplo, abrir una verdulería en la ciudad.

Los productos que comercializan en Pueblo a Pueblo son producidos por familias productoras del cinturón hortícola platense organizadas en el MTE Rural. Tambien se comercializan verduras pesadas como la papa y la cebolla, que provienen de la zona sur de la provincia de Buenos Aires  y algunas frutas cítricos provenientes de Tucumán y manzanas de Río Negro. Además han incorporado yerba de producción biodinámica proveniente de cooperativas de la provincia de Misiones, quesos agroecológicos de La Plata y miel agroecológica que se produce en la zona de Escobar.

Lucas cuenta que “la producción bajó un montón, prácticamente el 50%, el  problema de lxs productorxs es que no pueden acceder a la venta directa y otra de las cosas es que como estamos en cuarentena no podíamos ir a buscar semillas o algunos remedios a las agroquímicas”, y agrega que el problema de la venta, si no es por medio de la cooperativa, consiste en que el intermediario se lleva la mayoría de las ganancias.  

El intermediario habitual viene con su camion y se lleva la producción para los mercados concentradores (como el Mercado Central). Lucas señala que siempre hay un gran problema con el tema del precio y que durante la pandemia se profundizó. En ese sentido, nos explica que “los intermediarios se están llevando todo, vienen y compran a un precio bajísimo, y nosotrxs no tenemos otro lugar para vender y se los tenemos que vender a ellos a un precio muy bajo”.

Respecto a la ayuda estatal (nacional, provincial o municipal) han recibido los programas sociales como el refuerzo de la  Asignación Universal por Hija/o (AUH) y el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que benefició a algunas familias que no estaban alcanzadas por el Salario Social Complementario. Pero lo cierto es que frente a un sector informal como lo es la agricultura familiar, la ayuda del Estado es prácticamente nula y cuenta que “en la zona del AMBA solo se asistió a cinco floricultores con semillas e insumos para que comiencen a producir hortalizas ya que la floricultura está en una crisis absoluta en este contexto. Nada más”.

Frente a la  pandemia, Lucas sostiene que “la economía popular social y solidaria juega un papel muy importante en un contexto de emergencia sanitaria que agudiza los efectos de una emergencia alimentaria” y además agrega que “es imprescindible la labor que llevan adelante lxs pequeñxs productores, las comercializadoras que promovemos un comercio justo, la eliminación de intermediarixs entre lxs productores y lxs consumidores en pos de una soberanía alimentaria que  garantice el acceso a los alimentos a toda la población”. 

Luego de explicar cómo es el funcionamiento productivo y comercial, Lucas comparte con mucha claridad que en un contexto de emergencia sanitaria queda en evidencia la crisis  alimentaria de nuestro país y sostiene que “es muy importante poner en debate el acceso a los alimentos como un derecho y no como una mercancía”. Cierra la entrevista comentando que para que se pueda cambiar de paradigma alimentario y productivo es imprescindible que se creen programas nacionales que fomenten el acceso a la tierra productiva, y que con ello se fomente la transición agroecológica para que la producción de alimentos sean de mejor calidad y con mejores condiciones de trabajo.