Tres investigadores del CONICET cuentan qué implica trabajar en uno de los organismos más prestigiosos de Latinoamérica y cómo viven la situación de incertidumbre actual.
Desde su asunción, el presidente Javier Milei viene amenazando con el cierre del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). En la actualidad, se vive una situación de alarma nunca antes vista: recorte en el número de becas, congelamiento de los montos de las mismas y difamaciones a quienes investigan, un combo que preocupa.
Desde Otro Viento Medio hablamos con tres investigadore/as para conocer, ante tanta desinformación, qué implica investigar en el CONICET.
Malena es física médica e investiga el algoritmo de reconstrucción de un equipo que se llama PET, un tomógrafo emisor de positrones que se utiliza en medicina nuclear. Damián es geógrafo e investiga sobre la cadena de valor del software y los servicios informáticos del Gran La Plata y su aporte al desarrollo en la Región en el marco para el Doctorado en Geografía de la FaHCE-UNLP.
Y Micaela, es bióloga y analiza los efectos del impacto antrópico sobre la condición corporal, la muda y la alimentación del Gaviotín golondrina (Sterna hirundo) durante la temporada no reproductiva en Punta Rasa, Bahía Samborombón en la Reserva Natural de Objetivos Definidos Rincón de Ajo, San Clemente del Tuyú. “Buscamos poder detectar contaminantes orgánicos que son persistentes en el ambiente, en la sangre del gaviotín y cómo se relaciona con su alimentación, dado que hemos comprobado que hay un consumo de manera directa o indirecta de plásticos a través de la dieta”.
El camino para investigar en el CONICET
En la era Milei mucho se ha dicho respecto a quienes investigan en el CONICET, pero ¿cómo llega realmente a investigar?
Damián cuenta que, como todas las personas que investigan en el CONICET, primero se presentó a una beca doctoral que se concursa. Es decir, se presentó y evaluaron: sus antecedentes (promedio y calificaciones y otros), el Plan de trabajo (qué iba a investigar y cómo) y la Consistencia integral de la presentación entre el plan de trabajo, su formación como postulante, la dirección y lugar de trabajo.
Con estos 3 variables él -y cualquiera que se presente – tenía que llegar a un puntaje de 100. A partir de la evaluación se arma un orden de mérito en el cual podía quedar como no. Ganada la beca, comienzan los 5 años para hacer un doctorado y recibirse.
Luego de los 5 años de beca doctoral, cuenta Micaela, se realiza el mismo procedimiento para presentarse a una beca postdoctoral de 3 años y luego de todos esos años de estudios y formación, reuniendo los requisitos de antecedentes necesarios (publicaciones científicas, congresos, docencia, divulgación científica, etc.) se puede aplicar a entrar a la carrera de investigador.
¿Cómo es la estructura del CONICET?
El CONICET tiene un presidente Designado por el poder ejecutivo nacional y un directorio de 8 miembros y se conforma de la siguiente manera:
Cuatro ternas electas por investigadores activos en cada una de las grandes áreas del conocimiento: una propuesta por el Consejo de Universidades establecido por la Ley Nº 24.521, otra por las organizaciones representativas de la industria, una tercera por las organizaciones representativas del agro y una cuarta por los máximos organismos responsables de la ciencia y la tecnología de los Gobiernos Provinciales y el Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires.
Luego están las áreas internas al CONICET: Administración; Organización de Sistemas; Recursos Humanos; Desarrollo Científico y Tecnológico; Evaluación y Planificación; Asuntos Legales.
Por último, por fuera hay 15 Centros Científicos Tecnológicos (CCT), 11 Centros de Investigación y Transferencia (CIT), un Centro de Investigación Multidisciplinario y más de 280 Institutos y Centros exclusivos del CONICET y de doble o triple dependencia con universidades nacionales y otras instituciones.
El día a día de investigar
La tarea diaria de una persona que investiga en CONICET varía según cada caso, pero tal como explica Damián, el inicio es un punto en común: “Al comienzo es mucha lectura, días enteros leyendo papers, libros o demás cuestiones vinculadas a tu tema de investigación”.
Sus lugares de trabajo dependen de los institutos, los espacios disponibles y el/la director/a, hay quienes tienen un espacio físico al que asisten todos los días como Malena y Micaela y otros casos que trabajan de manera híbrida como Damián.
Sus equipos de trabajo están conformados por varias personas, como explica Malena, en CONICET, trabaja todo tipo de persona, no solo investigadores. Existen personal de apoyo, de administración, entre otros. “Nuestro equipo de trabajo, por ejemplo, está conformado por dos becarias doctorales, tres investigadores de distintas categorías (asistente, adjunto y principal) y dos estudiantes de grado realizando pasantías”, aporta Micaela.
Trabajar en el CONICET requiere, dice Malena, exclusividad: “Solamente podemos tener un cargo simple en facultades o escuelas que es lo único compatible con investigar”.
Los gastos, suma Damián, son para comprar libros, pagar congresos, viajes, cursos de posgrado, “en algunos casos los proyectos de investigación tienen recursos, pero la verdad es que son muy limitados y más todavía luego de la devaluación”.
“Quiero hacer ciencia para mi país”
Todas estas fuentes de trabajo y el enorme valor que agregan al país se encuentran hoy en peligro por el recorte que ha realizado el gobierno nacional. Esto implica, como menciona Damián: menos becas (de 1200 que se iban a dar terminaron siendo 600), recorte de personal administrativo, menos recursos para los proyectos de investigación y problemas para realizar experimentos debido a los insumos importados. “En resumen, que las investigaciones no puedan avanzar como estaban proyectadas y en muchos casos que no se pueden hacer directamente”, concluye.
La respuesta no se hizo esperar: marchas, asambleas presenciales y virtuales, campañas en redes sociales y más. Les investigadores del CONICET tiene sus ideas claras: quieren investigar para y en el país:
“Soy fiel creyente de que sin ciencia no hay futuro, ciencia en todos sus niveles. Un país que no invierte en ciencia es un país que no desea desarrollarse y no quiere mejorar. La ciencia argentina es lo mejor a nivel latinoamericano y de las mejores a nivel internacional, los científicos argentinos son sumamente codiciados en otros países, pero no todos queremos irnos, hay quienes queremos quedarnos en el país que amamos y le queremos retribuir algo de lo que tanto nos dio”, comparte Micaela.
“Quiero hacer ciencia para mi país, darle un pequeño aporte a la educación pública que me formó, poder devolver mi conocimiento a través de publicaciones, de ir a congresos, de charlar con colegas y dar a conocer que hacemos mucho con muy poco”, agrega Malena.
Damián concluye con la necesidad de que lo que elles investigan influya directamente en los grandes problemas de nuestro país:
Ante la intención de recortar y achicar, estas tres historias hablan por sí solas. Tener un sistema científico público, es fundamental para ser un país soberano. Todas las disciplinas merecen investigaciones específicas, que partan de la necesidad de nuestro pueblo para luego estar al servicio de la sociedad. Por ello el Estado es fundamental. Es decir, producir conocimiento para el pueblo y no caer en manos de privados.