Siempre hablamos de que ser mujer no significa lo mismo para todas, ni contamos con las mismas formas de huir, soportar, luchar, callar, y aunque todas sabemos que no partimos de una igualdad de condiciones genérica, podemos muchas veces interpretar a la perfección la opresión que está viviendo o sintiendo otra.
Esta igualdad dentro de la desigualdad global se acaba con el factor clase, y en los últimos años con el auge de las influencers quedó más que demostrado, si sos rica, te podés dedicar a públicamente no trabajar, el tan deseado “vivir del canje”. Podemos discutir mucho sobre si eso es o no trabajo, si la publicidad, si las marcas y tal, pero en el imaginario popular, el sueño de vivir del canje no tiene adquirida en sí a la dimensión trabajo.
El problema es cuando sos pobre, cuando sos una mina que entrevistan desde un noticiero para que le confirmes la tan grave sospecha que los que conducen el programa tienen “¿vos cobrás un plan?”, “si”. Una ayuda social porque el trabajo es informal y mal pago, porque cocinar en un comedor es lo que muchas mujeres pobres hacen y eso para el noticiero no es trabajar, trabajar es lo que hacen ellxs, hablar mal desde que se levantan hasta que se acuestan de su odio a lo popular.
Vivir del plan o vivir del canje, dos realidades contrapuestas que arrojan lo mismo que mudarse a otro país por deseo personal o migrar, porque en este caso los ricos viajan y los pobres migran. La gran diferencia son las condiciones de vida de las que parten y ahí es donde se demoniza una y se anhela otra.
Las modelos, las influencers, las cantantes son los nuevos modelos de los parámetros morales que tenemos que mirar para lograr “la buena vida” y no culpo tampoco a quien dice que preferiría vivir del canje antes que trabajar, si trabajar implica que te alcance con suerte para comer y con un poco más de suerte para alquilar, hoy en día trabajar no se traduce en ningún gusto personal que nos haga la vida un poco más fácil, más llevadera.
En fin, parece que todo lo que hacen las mujeres ricas está bien, porque pueden, pero todo lo que hacen las mujeres pobres está mal, porque cómo van a hacer eso con nuestro dinero, el de los planes, y aquí está el gran problema, pensar que el dinero de las primeras no se hace a costa del trabajo precarizado de las segundas, es grande el mundo de fantasía en el que vivimos y nos refugiamos de nuestra propia realidad:
-son ricas gracias al trabajo de las pobres-
Ilustración: @cheiliis