De cara a la segunda vuelta, hay mucha incertidumbre, pero la elección que pasó también nos trajo algunas certezas, por ejemplo, si solo hubieran votado los varones, hubiera ganado la fórmula fascista Milei – Villarruel ¿Qué estamos votando las mujeres en general y más específicamente las mujeres jóvenes?

Desde ya, podemos identificar esta elección como algo nuevo en Argentina. La expresión del peronismo lleva a un candidato, Sergio Massa, que tuvo un paso por fuera del kirchnerismo siendo unos de sus principales rivales en la elección del 2013 y 2015, que puede ser leído para parte de la sociedad como un cambio. Y para otra parte, como una continuidad del actual gobierno, dado su rol de Ministro en el que lleva poco más un año.

Por otro lado, una fuerza abiertamente fascista, con el apoyo de Vox en España, Bolsonaro en Brasil y ahora, Macri en Argentina. Hay que concederle algo novedoso, el discurso que promete dinamitar todo el país, la expresión pública de desprecio por el país, las Malvinas, el feminismo, el papa, los científicos, entre otras víctimas del discurso de Milei, es algo discursivamente nuevo.

Lo que no es nuevo para este país es contar con el apoyo de las fuerzas armadas, las cuevas que especulan con el dólar, gran parte del evangelismo, entre otras expresiones de poder. Sectores que se organizan continuamente para ser agentes del caos. Que dan lugar al ingreso discursos que además de tener una bajada de línea violenta y patriarcal, tienen el objetivo económico de bregar por bicicleta financiera. Esa a la que Mauricio Macri viene subido y manejando hace años, que para circular necesita el camino libre de sindicatos, derechos laborales y organización política en general.

En este escenario, no hemos hablado tanto de cómo votamos las mujeres, ¿todas las mujeres? No. Por supuesto que siempre hay quienes están al pie del cañón de sus verdugos. Pero recientemente, las estadísticas publicadas, dejan ver que de cada 10 votos jóvenes a Milei, 8 son de varones. Incluso, las encuestas de los últimos comicios realizados en Argentina, Polonia, Brasil y España confirman esta hipótesis.

Se trata de fuerzas que encuentran en el feminismo su enemigo. Van en contra de todas las conquistas y luchas que el movimiento logró en la calle: se oponen a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, a la ESI, niegan la brecha salarial de género, entre otras.

Durante la marea verde y el momento más álgido del Ni Una Menos, gran parte del movimiento de mujeres y disidencias y otres por fuera de él, hemos tomado conciencia de nuestro rol o hemos asumido un rol transformador en la sociedad, que partió de nuestras necesidades personales, colectivas y políticas. Pero no así fue asumida la responsabilidad por la organización o dirigencia por parte de los varones para hacerlos parte de este movimiento o de esta transformación, acudiendo a sus propias luchas y necesidades. “Quedar afuera” tuvo su costo.

Filas completas de varones han votado a Milei por su discurso que parece rebelde, pero, sin embargo, sabemos que es “reaccionario”, propone cercenar todo tipo de libertades, no solo políticas, sino económicas, parte de su propuesta electoral se basa en la privatización de la salud, la educación, aumentar la desocupación y la violencia. Imponer una moneda extranjera como programa político no es libertad, querer que otre se quede sin trabajo, tampoco.

¿Qué tiene que ver el programa político de Milei con las mujeres?

Las mujeres son las que históricamente realizan las tareas de cuidado, son las que cocinan en los comedores, son las que cuando un familiar envejece se hace cargo del médico, de contratar las cuidadoras (que también son mujeres), de comprar los medicamentos.

Muchas mujeres nos imaginamos un futuro sin escuela a donde llevar a les pibes porque un voucher no alcanzará ni para pagar una cuota por mes. Nos imaginamos, buscando un médico que no cobre caro porque las obras sociales van a estar más colapsadas que ahora, debido a que tendrán que absorber millones de personas que hoy acceden al hospital público (si es que lo van a poder pagar), se vieron luchando por conseguir medicamentos para sus hijes, padres, madres y abueles a precios exorbitantes.

El contexto económico y social preocupa. La discusión Reside en si vamos a encarar un intento de recuperación económica, sin dejar de luchar por una Argentina libre de deuda externa, libre extractivismo, o si estos problemas le vamos a sumar persecución a la comunidad LGBTIQ+, despidos masivos y fin de la gratuidad de las universidades más prestigiosas de América Latina (que desencadenaría en una falta de profesionales y frene cualquier tipo de ascenso social.

A quienes ponemos el cuerpo en la calle, como lo hacemos las mujeres y disidencias, en cada Encuentro Plurinacional, en cada movilización, qué creemos que va a suceder cuando salir a marchar sea en frente a Victoria Villarruel que aparecía en los cuadernos de Etchecolatz y lo iba a visitar a Videla a la cárcel. Una y mil veces decimos nunca más, no queremos una Argentina gobernada por el fascismo.