Alejandro Martínez fue asesinado por la policía en San Clemente del Tuyú, 9 policías serán juzgados por el caso. Hablamos con su ex pareja Laura, quien encabeza la lucha por Justicia. 

A Laura la conocimos en la Marcha Contra el Gatillo Fácil que se realizó en La Plata este año. Con un cartel colgado en el cuello con la frase “Justicia por Alejandro”, se acercó para contarnos su historia.

Días después nos comunicamos con ella y retomamos la charla. Laura es la ex pareja y mamá del hijo de Alejandro Martínez, que hoy tiene seis años. En su momento, cuando asesinaron a su papá, tenía cuatro añitos y su otra hija, producto de una relación anterior, 18 años. Si bien estaban separados, tenían una buena relación y siempre estaban en contacto.

En aquel entonces, Alejandro recibía una indemnización laboral por un accidente que tuvo en su lugar de trabajo. Estaba incapacitado de un ojo y del otro ojo veía la mitad. A mediados del 2021, cuando recibió el dinero, decidió irse a San Clemente, donde antes vivía su hermano. Se fue porque le gustaba mucho el mar y quería emprender una empresa familiar.

Tiempo después, Laura recibe un mensaje de la policía diciéndole que Alejandro había muerto.

¿Qué sucedió con Alejandro Martínez ese 17 y 18 de noviembre del 2021?

En esos días me tenía que depositar un convenio de alimento retroactivo que teníamos. Ese mismo 17 de noviembre él me manda un mensaje diciéndome que tenía los 300 mil consigo y que al otro día me los iba a depositar. Ese fue el último mensaje que recibí de Alejandro.

Al día siguiente recibo una solicitud de mensaje de Facebook de una subteniente de La Costa diciéndome que se querían comunicar con un familiar de Alejandro Martínez. Yo en un momento pensé que era una broma. Pero me seguía insistiendo. Entonces me dice que Alejandro Martínez (ya me empezaron mintiendo) falleció a la una de la madrugada en la vía pública de un infarto por sobredosis.

Allí me comunico con el hermano de Alejandro, Juan Carlos, que antes vivía en San Clemente. Le pido que llame a la comisaría y cuando él se comunica le dicen que era cierto, que Alejandro había fallecido en la vía pública. El hermano junto con el sobrino emprenden un viaje a San Clemente. Cuando llegan, la policía le cambia la versión, le dicen que él falleció de sobredosis en el calabozo.

El mismo 18 de noviembre a la noche mi mamá se hace pasar por la tía de Alejandro y les pregunta qué había pasado. Le dicen que tuvo una sobredosis, que lo llevaron al hospital, pero estaba en el calabozo. Entonces mi mamá les pregunta cómo era posible que si estaba en el hospital, haya muerto en el calabozo. También nos dijeron que estaba en la morgue de La Plata y en realidad, estaba en Lomas de Zamora.

Desde un principio la policía nos mintió. Cuando toma intervención el fiscal y se hace la primera autopsia, se conoce la verdad: Alejandro había sido asfixiado y torturado.

El rol de la policía

La versión principal de la policía, desmentida rápidamente por la autopsia, era que Alejandro había muerto por sobredosis. Laura cuenta que Alejandro no tenía problemas de adicción y tampoco de salud mental diagnosticada.

Al momento del asesinato, él estaba en un hotel por seguridad, ya que tenía el dinero que le iba a depositar a Laura y quería tener precaución. Cuando lo detienen, él había entrado en una crisis. Laura y su familia piensan que puede haber recibido algún mensaje, alguna amenaza o algo y por eso le agarró esa crisis nerviosa.

Más allá del motivo, Laura es clara cuando enfatiza que sea cual sea la razón, la policía tendría que haberlo cuidado y llevado al hospital que estaba al lado de la comisaría, pero no lo hicieron. Desde un primer momento, Laura encabezó la lucha por justicia por Alejando. Actualmente, está a la espera de la fecha de los juicios.

Se van a realizar dos procesos: un juicio por jurado para los tres coautores del hecho, los policías José Pereyra, Christian Rohr y Maximiliano Munche quienes se encuentran con prisión preventiva. Los policías están acusados por “homicidio triplemente agravado por alevosía, ensañamiento, por el concurso premeditado de más de dos personas y por haber sido cometido por miembros de una fuerza de seguridad abusando de sus funciones”.

Y un juicio técnico por juez, donde Laura Chiarullo, Evelyn Garófalo, Jaqueline Mansilla, Carla Cantarella, Sandro Mujica y Miguel Boulo serán juzgados por el delito de “homicidio triplemente agravado”, pero en calidad de “partícipes secundarios”.

¿Conocés el estado en el que se encuentra la causa?

Sobre la causa les cuento que se hizo un desdoblamiento, en la primera parte lo que es la IPP de la Instrucción Penal Preparatoria ya ha pasado por suerte.

A él lo detienen por una contravención, un delito de daño por haber roto un par de ventanas y por eso llaman a la policía. Un delito menor que con una multa se podía haber reparado, pero la policía no supo resguardar la salud de Alejandro sabiendo que estaba en una crisis. Y si bien dijeron que la guardia no atendía, hubo otro caso que pasó lo mismo y se tomaron el trabajo de llevarlo a Mar del Plata o a Santa Teresita. Lo podrían haber llevado a algún otro lugar.

¿Qué datos pudiste obtener de la autopsia de Alejandro?

La autopsia dice asfixia mecánica, o sea que fue asfixiado, pero eso lo pone en duda en su momento al Ministro de Seguridad cuando el 20 de noviembre detienen a los nueve policías asesinos. Les hacen allanamiento en sus casas y Berni duda diciendo cualquier cosa, que Alejandro era un delincuente, un drogadicto y que se podía ver este ahorcado él mismo.

La Comisión Provincial por la Memoria es parte querellante de la causa, enseguida se comunicaron con nosotros y nos asistieron de un primer momento. Gracias a ellos, contratamos a la perita Virginia Kramer, quien constata el accionar de terceros sobre el cuerpo de Alejandro. Fue torturado hasta la muerte, sufrió lesiones en la cabeza, en el cráneo, en las partes de su cuerpo, marca de tonfas, de borcegos en la espalda. Lo digo así porque yo tuve acceso a las fotos y son impresentables, desde la punta de los pies hasta la cabeza torturaron a Alejandro hasta la muerte.

Hubo un testigo presencial que es Cristian Galineli que escuchó los gritos de ayuda de Alejandro y pudo reconocer a los tres coautores. Gracias a la segunda autopsia, se pudo constatar todo eso. De hecho, Alejandro muere el 18 y recién se vela después de 20 días a cajón cerrado. Es por eso que yo quería acceder a las fotos de las autopsias, que no pude terminar de ver.

Nos conocimos en la marcha contra el gatillo fácil, ¿Cuál es la importancia de estar acompañada y organizada?

Creo que todos juntos y acompañados por el pedido de justicia se hace mucho más fuerte. Nosotros lo que buscamos es justicia por Alejandro, que los nueve policías vayan presos. Si bien tres están detenidos, queremos el juicio para los nueve y que cumplan su condena por haber asesinado a una persona, ya que  por acción u omisión estuvieron presentes en  la comisaría los nueve policías, todos ellos mataron a una persona.

Lo cierto es que muchas veces se estigmatiza a la víctima, en este caso no Alejandro no era delincuente, pero si hubiese sido un delincuente o una persona adicta no tienen derecho a matarlo. Queremos justicia humana y justicia divina también.

Acompañamos también a familiares que están pasando lo mismo y nos unimos en la misma fuerza para que nos escuchen, para que este pedido de justicia se haga y se cumpla la condena. Queremos que sea una condena ejemplar.