En unos meses arranca el mundial de fútbol femenino y con la alegría de haber de conseguido la tercera, me puse a pensar en lo importante que es el aliento, para poder seguir corriendo atrás de una pelota de sueños.
De hecho, el otro día volví a casa pedaleando, con las piernas cansadas y una sonrisa grabada en la cara. La alegría era porque me había salido todo lo que había querido hacer jugando un picadito con las pibas. Lo mejor de todo: había hecho mi primer buen gol, me saqué a la marca de encima, avancé por el lateral derecho, miré el segundo palo libre, me paré bien y le pegué. La pelota quedó colgada del ángulo izquierdo, “golazo” gritó alguna por el fondo.
Treinta y dos años sin saber que me gustaba jugar al fútbol. Ya lo sabemos, mi generación creció con el mandato de que el fútbol no era “cosa de nenas”. Pero más que denunciar al patriarcado y los placeres que nos robó, quiero celebrar que supimos sacudirnos esos mandatos, pudimos aprender juntas a ser más libres.
Celebro fuerte este encuentro, el encuentro con la pelota y el encuentro con las pibas, el compañerismo. Durante mucho tiempo quisieron decirnos que “donde hay muchas minas hay bardo”, haciendo alusión a chismes o envidias. Algo de eso es verdad, en cada fulbito hay muchas pibas y hay bardo, un bardo hermoso de risas, abrazos de gol, arengas para que llegues a esa pelota que se está por escapar al lateral.
La verdad es que, si bien hubiese sido lindo descubrirlo antes, hay algo que voy a rescatar, y es que ahora tengo por delante un mundo por descubrir. Cada partidito es un desafío con una misma a ver qué cosa nueva te sale, un golcito de cabeza, pasarla de primera, una gambeta, cada logro es motivo de éxtasis. La celebración absoluta del juego y la diversión.
Hoy disfruto los atardeceres en canchitas de fútbol 5.
Hoy los viernes a la noche son de torneíto, tomando una birra y viendo jugar grupos y grupos de pibas.
Hoy juego al fulbito siempre que puedo, para recuperar el tiempo perdido.
Habrán sido treinta y dos sin jugar, pero quédense tranquis que los que vienen:
-voy a gastar los botines-
Ilustración: @cheiliis