Si me piden que hable con la verdad, estoy un poco cansada del chiste de que alguien te mantenga. Más precisamente de que un varón te mantenga. Entiendo que el clima de época no ayuda a la superación económica ni personal ni colectiva y mucho menos para las mujeres, sean jóvenes, profesionales, trabajadoras, niñas o ancianas. Entiendo que la coyuntura nos impulsa a lógicas de supervivencia y de búsquedas de dudosa comodidad.
Pero dicho todo esto, estoy cansada de leer el chiste de que ojalá llegue “un varón que me mantenga”, “un sugar”, “ojalá pueda ser la mujer de…”. Me da rabia que este sea el nuevo sueño colectivo de las femeneidades que transitan las redes sociales.
Me enoja profundamente y me desalienta esta colación de la dependencia eterna a la que por una razón u otra siempre volvemos, o nos vuelven. Hace años que las mujeres y los movimientos feministas estamos buscando las mejores estrategias para tener independencia financiera.
¿Saben qué pasa cuando vivís con un varón violento y no tenés un sustento económico independiente? No podés huir ¿No estamos cansadas de leer una cantidad infinita de notas por año que nos hablan de mujeres asesinadas por su propia pareja, violentada hace años pero que no tenía cómo mantener a sus hijes por fuera de la lógica familiar económica que propone el violento?
Retomando, no creo que todo esto esté exento a la imposibilidad de crecimiento personal y a la crisis económica que estamos afrontando a nivel nacional (no solamente acotado al país). Esto también está atado a una lógica clasista y consumista, donde muchas veces se propone una lógica de pareja en donde el sufrimiento está por debajo del supuesto disfrute de “tener cosas”.
¿El amor está siendo subestimado por el consumo? ¿El consumo está siendo sobrevalorado por sobre la preservación personal, la seguridad y el deseo? ¿Nos mueve entonces la lógica de mercado? ¿Seguimos hablando de necesidad o estamos hablando entonces de la búsqueda del lujo constante?
La lucha de las mujeres por independencia económica es una de las acciones básicas por las cuales nos organizamos desde que tenemos voz para hacerlo. Mil veces y mil y una lo vamos a decir, dinero hay, lo único que falta es repartirlo. Los varones acceden con mayor facilidad a la gestión de sus propios ingresos y la brecha sigue estando no importa cuantas horas de nuestras vidas invertimos en trabajar, el mundo sigue siendo desigual. Pero me desalienta que la solución sea aspirar y jugar a ser “la esposa mantenida”, porque ¿saben qué necesitan la mayoría de las esposas mantenidas?
– Dejar de serlo –
Ilustración: @Cheiliis