Desde afuera, todo proceso se analiza desde un extrañamiento genuino y en este caso podríamos decir, desde el total desconocimiento, pero hay noticias que a una no le dejan de llamar la atención aunque sean del otro lado del mundo, con costumbres y leyes que no conocemos.
Este fin de semana, muchas mujeres de Irán se sacaron sus velos en forma de protesta por la muerte de Masha Amini, una joven iraní de 22 años que fue arrestada por “la policía de la moral” por no llevar su velo de forma “apropiada”. La televisión iraní anunció la muerte de la Masha Amini luego de pasar imágenes en dónde joven caía al suelo dentro de una sala mientras discutía con la instructora de esa llamada policía de la moral.
Esta imagen, junto con la declaración de su defunción, generó gran impacto entre mujeres activistas de Irán, lo que llevó a una masiva repercusión en este asunto: Protesta en el lugar del entierro y videos por las redes sociales de mujeres con la cara al descubierto e incluso cortando su cabello.
El hiyab es para muchas mujeres símbolo de resistencia cultural como lo es para otras símbolo de resistencia del conservadurismo político religioso. Desde nuestro desconocimiento, nos surgen como militantes tanto feministas como de derechos humanos muchas preguntas, pero una de ellas no puede ser la duda de “estar a favor o en contra”, desde acá no podemos decidir a favor o en contra de qué estar, pero si podemos apoyar las causas a las que muchas mujeres les están poniendo el cuerpo y es la capacidad de decidir.
Decidir llevarlo, decidir no llevarlo, muchas luchan por no ser discriminadas por llevar el hiyab en otros lugares del mundo y otras por no ser asesinadas por no llevarlo. La cuestión que acá se discute y por la que muchas están perdiendo la vida, es por la libertad.
Ya se que la palabra libertad está demasiado degradada por los discursos de odio últimamente, pero estas mujeres la necesitan más que nunca, la libertad más básica de todas:
-la libertad de no morir-
Ilustración: @cheiliis