El Gobierno nacional publicó el decreto 179/2025, donde el gobierno se auto-autoriza a firmar un nuevo acuerdo con el FMI. El decreto no incluye la letra chica del acuerdo ni los montos. Gracias al decreto, el gobierno evita anticipar las claves del acuerdo y también elude solicitar la aprobación del mismo por parte del Congreso, tal como lo exige la Ley Guzmán (27.612), que justamente exige que el Congreso apruebe mediante una ley cualquier nuevo endeudamiento con el FMI.

El FMI: un viejo conocido

Recordemos que desde el primer mega-endeudamiento de Macri con el FMI (que incluyó una revisión para ampliarlo) por alrededor de 45 mil millones de dólares, el gobierno de Alberto Fernández firmó también un acuerdo para renegociar el anterior y ahora Milei haría lo mismo. El próximo gobierno estaría nuevamente igual de condicionado con el FMI.

Lo poco que sabemos es que el acuerdo incluiría dólares para cancelar deuda al mismo organismo (tal como lo fue el acuerdo anterior de Alberto Fernández y Guzmán) y dólares «frescos», en otras palabras, nueva deuda. El gobierno dice en el decreto que utilizará los dólares para cancelar la deuda del Tesoro Nacional con el Banco Central, con vistas a mejorar su balance. Por eso el gobierno señala que no aumentará la deuda, aunque en términos técnicos podemos decir que no es lo mismo tener de acreedor al BCRA (que es parte del Estado) que al FMI (que exige todo tipo de condicionalidades).

¿Cuál es el problema de este nuevo acuerdo?

Más allá de las condicionalidades que exige históricamente el FMI (ajuste fiscal, control y revisión de políticas públicas, metas monetarias, etc.) la gran pregunta es para qué va a utilizar los dólares el BCRA y si el FMI va a exigir el levantamiento del cepo (que puede llevar a una devaluación). El gobierno justamente busca evitar con el acuerdo una devaluación, que tendría un impacto en la inflación y erosionaría el capital político más importante del gobierno: el proceso de desinflación. Todo esto al menos hasta antes de las elecciones.

¿Qué es lo que demuestra este accionar?

Golpearle la puerta del FMI muestra, aunque el gobierno intente maquillar la medida, el fracaso de la política económica del gobierno para acumular reservas, tal como le sucedió a Caputo en el 2018, en la previa al primer acuerdo, que a posteriori terminó con el levantamiento del cepo por parte de Macri.

Sostener el tipo de cambio a estos niveles (más allá de si está atrasado o no), alienta el aumento de las importaciones y los viajes al exterior, erosiona a las exportaciones (de allí la baja temporal de retenciones) y, en síntesis, no permite acumular reservas internacionales. El gobierno espera, con ingenuo optimismo, que este acuerdo con el FMI cumpla con sus fines y estire el valor del dólar hasta las elecciones. En parte, se juega su suerte al conjunto de actores que manejan la entrada y salida de dólares en Argentina, perdiendo soberanía y capacidad de acción.

¿Qué es lo peligroso de esto?

Volver una y otra vez a repetir la misma historia, tras más de 10 años sin deuda con el FMI (entre 2005 y 2018), reanudar el endeudamiento con el organismo no ha mejorado nunca la situación de Argentina. Macri y Caputo utilizaron, en 2018, el préstamo récord para que inversores financieros se retiraran de Argentina y no para hacer escuelas, hospitales, puentes, nada.
Desde ese primer mega-endeudamiento, solo nos ha quedado una enorme deuda (la verdadera pesada herencia) que ha implicado una mayor y constante presión sobre las políticas gubernamentales y una pérdida total de soberanía ¿Alguien piensa que esta vez será distinto?