Rompen, pisotean, cortan, matan,y así van. No importa lo que sea que se crucen, nada les conmueve. Son incapaces de generar vida, porque su lógica es la de la destrucción, que se haga su voluntad a su antojo y que la cagada que quede la limpie otro, que seguro es una otra, o un otre.
Los lesbotransfeminismo comunitarios denunciamos y hacemos carne la depredación que sufren los territorios, porque la podemos traspolar hacia nuestros cuerpos. Violencia impuesta no sólo por los Estados, las grandes corporaciones capitalistas, sino además por los machos depredadores.
Pedir permiso no entra en sus lógicas, la negativa mucho menos, buscarán la forma de pasar, de destruir, muchas veces lo logran, otras ya no.
El abuso está latente. Cómo no vamos a estar traumades. Decís que no pero entran igual, te abusan y una vez que logran su cometido en los mejores casos se van para no volver, en muchos otros vuelven para seguir extrayendo. Y te ves ahí, completamente dañada, dolorida por los revolcones, ya no siendo la misma, pero tu fuerza vital y tu amor por la vida te impulsan a levantarte, a rebrotar.
Qué pueden entender de la importancia de los ciclos, si hasta hablan de la Pachamama pero son incapaces de hacerlos cuerpo, de habitar en esa sintonía.
Tienen la oportunidad de escuchar y hasta de aprender pero no, siempre quieren llevar la voz campante, la directriz, ni con las mejores intenciones se dan cuenta que el mecanismo que los puso en su lugar de privilegio nos está llevando a límites de sufrimiento intolerables.
Micro y macro machismo, estamos enquistades. La destrucción es inminente, pero nuestra resistencia también lo es.
Aprendan a escucharnos, aprendan a sentir, retírense, y si vuelven háganlo profunda y realmente transformados, no tengan miedo de mirar sus miserias, salgamos de este manto de oscuridad. Debemos asumir qué rol jugamos en el sometimiento que ejercemos hacia les otres, humanes y no humanes. Ya no hay lugar para la hipocresía. La única salida es la libertad.
-Tu tiempo es hoy-