Llorar después de los enojos. Ver en la herida marchita, tufienta, el pus, el baho. El dolor donde habrá canciones.

Una raíz que se resiste a sanar. No soy yo. No se trata de entender. Creo que te suelto, pero vos no me soltás. El silencio y la indiferencia me abruman. No hay código, no hay comunicación.

Enojo.
Frustración.
Tremendísimo enojo.
Rabioso enojo.
Enojo con azote.
Enojo con absoluto cansancio, que me hace caer una y mil veces en la misma rumbita.

Escribo para vivir.
Escribo para no reventar.
Escribo para ordenarme y desordenarme.
Me muero y muto después de escribir.
Escribo y transformo mis ideas.
Escribo porque leo.

Me tocó un maestro jodido, pero como dice mamá, soy luchadora. Y así de obstinada voy por la maestría,

-radiante y colorida-

Ilustración @cheiliis